Hotel Iguazú Grand, restaurante El Jardín. Afuera relampaguea. Una tormenta explosiva se cierne sobre el parque, cuadro perfecto de la estación subtropical: palmeras, piscina con isla, césped impecable y reposeras desplegadas. Adentro, un hombre mayor, delgado y muy bien vestido habla con el maître mientras se acomoda en su mesa. Estudia la carta, ordena vieras gratinadas y un vino blanco de Rutini. “Voy a cumplir 80 años”, dice. “Eso es una cosa muy grave. Estoy sentado sobre el tiempo. Vi muchas cosas, imagínese… ¿Sabe usted que estuvo acá Eleanor Roosevelt, la esposa del presidente norteamericano?... ¿Y sabe lo que dijo cuando vio las Cataratas?... ‘¡Pobrecito el Niágara!’…”.
La hospitalidad de los pueblos del norte argentino se aprecia dentro del hotel. Es el más sofisticado y lujoso de la zona, y al mismo tiempo, uno de los que mejor armoniza con el espíritu y la riqueza cromática del bosque amazónico; todos los ambientes transmiten una profunda sensación de placidez y luminosidad. Los jardines son fabulosas réplicas a escala de los ecosistemas subtropicales. El casino, ala propia del hotel, es uno de los más prestigiosos de la triple frontera (argentino-paraguaya-brasileña), un espacio autónomo, con ruletas, mesas de paño verde y ruido a juego. Del otro lado del edifico, el módulo de las habitaciones se recuesta en el silencio carnívoro de la jungla.Éstas cuenta con todo el confort y la tecnología sus magnificos Baños de mármol con Hidromasaje, Televisor con pantalla de 42”, Teléfono con casilla para mensajes, Internet Wi Fi hacen de este lugar la perfecta conjunción entre naturaleza y civilización.
El turismo es cosmopolita y heterogéneo; y las Cataratas del Iguazú (“agua grande”, en lengua guaraní), el objetivo más buscado por lentes y gentes de todo tipo.
En este lugar las cosas son diametralmente opuestas: el poder y las miradas se concentran en la exuberancia de la naturaleza, la vida brota por cada poro de la corteza terrestre y no hay un dios sino varios: están en la pierdas, en las aguas rabiosas, en la selva impenetrable, en las alas de los vencejos que perforan las cascadas para anidar en el risco. Están en todas partes. H *“Cabezas verdes, manos azules”. Paul Bowles, Alfaguara, 1957.
Vistas del hotel
TIPS
GPS: Ruta 12, Km 1640, Puerto Iguazú, Misiones
Distancias: a 15 km Ciudad del Este, a 10 km de Foz de Iguaçu, a 300 km Posadas
Cómo llegar: desde el Parque Nacional, tomar por Ruta 12 hasta el Km 1640
Agradecimientos: Revista Roomin
Me hablaron muy bien también del Gran Hotel Iguazu!! Creo que voy a terminar yendo a ese. Lo importante de misiones igualmente, son sus maravilloso paisajes y contenido histórico, como lo son las ruinas jesuiticas. Que maravilla de lugar!!!
ResponderEliminarmuy interesante!!
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